Summer notes

Summer is filling a suitcase with books to finally read a dusty one from a stranger’s shelf and discover fascinating customs of 19th-century Spanish agriculture. It’s breaking routines, having breakfast from a clay mug without missing my favorite. Hurting myself with every little thing; getting bitten by mosquitoes, jellyfish, scratched by brambles, or a dog bite. Falling in love with any salty smile and devouring juicy fruits. The scent of jasmine and a frangipani in my hair. Collecting stones, shells, or silver dried flowers, knowing I can never take them home. Summer is a sensory, melancholic journey, full of unrealizable dreams. It’s building artificial memories to idealize in the cold.

Naikari Díaz

«Summer Notes» is a photographic series by Naikari Díaz that transcends a simple visual diary, narrating the sensations experienced during the summer of 2014. This project focuses on capturing the essence of each day through a single essential image, going beyond the obvious and the narrative. The photos, often of elements such as concrete, vegetation, and debris, invite reflection on our environment and our relationship with it. The series is an exploration of summer hedonism and discovery in the everyday.

«Summer Notes» es una serie fotográfica de Naikari Díaz que trasciende un simple diario visual, narrando las sensaciones vividas durante el verano de 2014. Este proyecto se enfoca en capturar la esencia de cada jornada a través de una única imagen esencial, más allá de lo evidente y lo narrativo. Las fotos, a menudo de elementos como hormigón, vegetación y desechos, invitan a reflexionar sobre nuestro entorno y la relación que tenemos con él. La serie es una exploración del hedonismo veraniego y el descubrimiento en lo cotidiano.

Para mi el verano es llenar la maleta de libros para finalmente leer uno polvoriento de la estantería de una casa ajena y descubrir fascinantes usos y costumbres de la agricultura española del siglo XIX. Es romper rutinas, desayunar en una taza de barro sin extrañar mi favorita. Herirme con cualquier tontería; ser picada por mosquitos, medusas, arañarme con zarzas o la mordedura de un perro. Enamorarme de cualquier sonrisa salada y devorar frutas jugosas. El olor a jazmín y un frangipani en el pelo. Recoger piedras, conchas o flores secas plateadas, sabiendo que nunca podré llevarlas a casa. El verano es un viaje sensorial, melancólico, lleno de sueños irrealizables. Es construir recuerdos artificiales para idealizar en frío.

Naikari Díaz